Una mirada hacia el futuro del liderazgo en tiempos de crisis: Posliderazgo

Hola querido lector!

Si llegaste a la página de The Global School for Social Leaders , déjanos presentarnos, somos una multi-premiada ONG con sede en Viena, Austria, y Berlín, Alemania, especializada en educación holística y disruptiva para líderes e innovadores sociales. El contenido publicado aquí es verificado y seleccionado cuidadosamente para inspirar tu pensamiento, entendimiento y proactividad.

Puedes Ver nuestros programas AQUÍ , o seguirnos en:

 

¡Disfruta la lectura y tu día! 🙂


El liderazgo en plena crisis no será probado por una función de jerarquía, promoverá el homo faber, sino será el homo digitalis, definirá el liderazgo actual. 

Este nuevo sentido que hoy adquiere el liderazgo, no es un producto de la lógica interpretativa de una situación actual. Desde este punto de vista, lo antes señalado se obedece en gran medida al influjo de las últimas transformaciones sociales en una sociedad digital, obligando al estudio del liderazgo en función a la digitalización como un posliderazgo.

La pandemia del CoronaVirus o COVID-19 acelera el inicio de la Quinta Revolución Industrial y con ella la necesidad de un liderazgo completamente distinto o como bien lo denominamos  «posliderazgo».

Ya no podemos ver al liderazgo solo cómo lo definió Joseph S. Nye «la facultad de orientación y movilizar a otros para lograr un fin». El concepto de posliderazgo se fundamenta en un sentido de propósito creativo-digital en todos los niveles de una sociedad o en la política, y vuelve la vista hacia el liderazgo como entrelazador de ideas, más que hacia la gestión o propiedades y características específicas de un líder individual. Es decir, el posliderazgo garantiza la innovación a través de la acción digital distribuida en redes, más que la reflexión a largo plazo con políticas estratégicas. 

Byung-Chul Han indicó claramente la situación actual como «La época digital de lo no muerto», donde la política y la metafísica se transforman dando paso a la pospolítica ya la posmetafísica. A este respecto, para el liderazgo la quinta revolución industrial se corresponde a una época de posliderazgo, en cuya interacción digital intervienen la cocrección, la comunicación, la motivación virtual y los valores compartidos por un grupo virtual donde subyace un sin número de nuevas ideas tendentes a la satisfacción de las necesidades colectivas.

Byung-Chul Han, entiende que lo digital es un transformador de todo lo que hacemos, y lo caracteriza como «hombre sin manos que teclea». Lo relevante, en este punto, es lo tangible o lo intangible donde los líderes y ciudadanos interactúan en un posliderazgo, sin verso, sin tocar y sin interactuar físicamente. Solo el teclado y el monitor representan lo físico en la acción y la gestión. Esta interacción digital en la sociedad puede generar más presión y estrés que la interacción cara a cara. El no ver físicamente el esfuerzo de cada ciudadano experimentado a subestimar los trabajos realizados, al igual que el tiempo invertido en él.

Los trabajos tradicionales <fueron incluidos para la eficiencia>, los trabajos digitales <están incluidos para gestionar meramente información, desarrollo de soluciones cognitivas y la creación de tormentas de ideas que mejoran la calidad de vida>.

¡Es irónico! Por un lado, construimos calidad de vida y por otro lado, la vida se nos va a participar en todo tipo de trabajos digitales (Teletrabajo o trabajos a distancia) o en redes sociales, que cuestionan el «no clic» de nuestra intervención, a veces una vida digital con líderes virtuales sin rostro, pero con un control desmedido y panóptico sobre todos por igual, sin importar si eres empleado o no.  

El impacto del COVID-19 en el mercado laboral nos pone a prueba, pero ademas pone a prueba la capacidad de los gobernantes para enfrentar los cambios que están por venir. La pandemia del COVID-19 es considerada por la OIT como «la peor crisis global desde la Segunda Guerra Mundial». El crecimiento de los trabajos digitales en la actualidad son exponenciales y pone en evidencia las debilidades del liderazgo para enfrentar desafíos laborales.

Según la OIT más de 1.250 millones de trabajadores están empleados en los sectores identificados como de alto riesgo, 195 millones de trabajadores pueden perder sus empleos. Cuatro de cada cinco personas, están actualmente disponibles por el cierre total o parcial del lugar de trabajo, es decir el 81 por ciento de la fuerza laboral global que son aproximadamente 3.300 millones de trabajadores.

En efecto, la Segunda Guerra Mundial está siendo superada por los desafíos de la pandemia del COVID-19 y de forma concreta se están estableciendo nuevos y diversos cambios en el contexto político y social nunca antes vistos. Se deberá evaluar la conformación de una cultura política y social singular con la digitalización, con su funcionamiento y su consolidación, así como con la gobernabilidad, con el desempeño gubernamental y, por ende, con la satisfacción social, por ser de enorme importancia respecto a su legitimidad. 

Las implicaciones políticas y sociales que trae la crisis humanitaria actual nos invita a la reflexión sobre la importancia de un posliderazgo, que cuestiona por sobre todas las cosas las consecuencias del «shitstorm» y «fake news». En la actualidad, el aumento del uso de las redes sociales se han convertido en el canal preferido de las tormentas y noticias falsas. Esta sociedad en red o «Network Society», no puede ser entendida de forma fragmentada ni desvinculada del impacto que ello genera en la sociedad.

Como bien lo señala Javier Echevarría, Internet no solo es un nuevo medio de información y comunicación, sino que, configura un nuevo espacio social, electrónico, telemático, digital, reticular e informacional. Y además en plena pandemia se ha convertido aún más en un medio de desinformación, a este respecto la ONU señala que «No solo luchamos contra una epidemia, sino también contra una infodemia».


Conoce nuestros programas: https://es.theglobal.school/programs

Únete a nuestra comunidad en nuestro grupo de facebook. Click aqui. 


El posliderazgo formará parte de la naturaleza sencilla y multicaule del desarrollo social, por ello, el líder en el posliderazgo deberá establecer estrategias innovadoras de gobernanza digital que promueva el empoderamiento ciudadano, que en definitiva es una concepción innovadora y diferencial de otras teorías de gobernanza. En sí, la gobernanza digital tiene un componente social importante, y requiere de datos de información libre y verdadera, que se entrelaza en el tejido social de una comunidad. En referencia YUVAL NOAH HARARI señala que la claridad es poder, en un mundo inundado de información irrelevante. 

La pandemia de COVID-19, puesto en evidencia las debilidades que presenta el liderazgo de nuestros gobernantes y su lenta gobernanza. Claudia Báez Camargo, investigadora de ese campo, señala que para enfrentar situaciones de crisis, como la pandemia actual, se debe, «Mover la gobernanza más allá del estado y hacia el empoderamiento de los ciudadanos». Claudia Báez Camargo, cree que se involucrará en programas de gobernanza que vayan más allá del ámbito de las instituciones públicas. 

Uno de los hechos que ha cambiado la percepción de la gobernanza es la incapacidad de adaptación de los líderes a una situación de crisis, esto ha requerido voltear la mirada hacia el ciudadano a fin de plantear soluciones rápidas que rápidamente resguardar lo más importante de la vida. La pandemia nos ha demostrado, que la debilidad gubernamental reavive viejo enemigos del sistema democrático. Es evidente que dicha crisis no ha concluido, sus efectos colaterales afloraran durante los próximos años.

La economía será una pérdida más y requerirá la implementación de una economía emergente y capas de sustentarse por sí sola. El aumento en la dependencia del estado por parte de los ciudadanos se está convirtiendo en una carga muy alta que requiere un gasto público cada vez mayor. 

Věra Jourová, vicepresidenta de la Comisión Europea para los Valores y la Transparencia, en una entrevista, señala que el juego a cambiado y se deben crear estrategias nuevas específicamente con la digitalización. No será fácil, en parte por la dificultad en la definición de los líderes en mameluco esquemas tradicionales de gestión y en parte, por la inclusión de la sociedad en un tema aún muy innovador e inaccesible para muchas personas. Jourová señala que debemos esforzarnos mucho en mantener la democracia, el estado de derecho y los derechos fundamentales.   

La dictadura no solo asume forma de sombra, sino también de pandemia. Se aferra a su víctima sin avisar y con la confusión como estrategia de captura de la psique colectiva de una ciudadanía que es vista como presa y no como persona.

En efecto, será un gran reto que tendremos que asumir, el éxito estará en el foco que desde este punto de vista más que enfocarnos en el sistema se podría innovar en el modelo de liderazgo y en lo que esto implica, un posliderazgo que pueda ayudar Un camino viable para la configuración de nuevos arquetipos democráticos más sólidos y adaptados a los cambios que el entorno digital y las futuras crisis emplacen, disminuyendo las pretensiones de los modelos políticos antidemocráticos.

Podemos salir de la pasividad que tengan nuestros líderes e instituciones, para ello debemos tener en cuenta nuestra responsabilidad individual de buscar lo diferente, lo innovador, lo ético.

Roberto Elias Ramirez Basterrechea

Doctorado en política y economía. Co-fundador de Cives Solutions,
y Mentor de The Global School for Social Leaders