Si pudieramos elegir qué Objetivos del Desarrollo Sostenible merecen inmediata urgencia, la Desigualdad en América Latina ocuparía el top 3. La Desigualdad nos está matando a todos por igual.
La crisis climática, la pobreza, el hambre, y hasta la violencia, pueden ser rastreadas partiendo de la extrema desigualdad, y ya no podemos negarlo, ni tolerar a aquellos que pregonan «La Desigualdad en América Latina es natural y/o necesaria.»
La desigualdad no es natural, la desigualdad es una decisión colectiva, y muchas veces política, y la desigualdad extrema un catalizador de conflictos y violencia.
Con solo 8,4 % de la población mundial, América Latina ha padecido 28 % del total mundial de muertes a causa de la covid, en un estudio recién publicado por Amnestía Internacional y el Centro por los Derechos Económicos y Sociales (CESR en inglés).
El reporte vuelve a recordarnos que nuestra región es la más desigual del mundo y presenta una larga lista de factores con los que esa diferencia social contribuyó a los terribles impactos de la pandemia y los efectos que tendrá por las siguientes décadas:
1: En 2019, el 20% más rico de la población concentraba casi la mitad del total de ingresos, mientras que el 20% más pobre disponía de menos de 5%. Solo 1% de las personas más ricas concentra casi la cuarta parte del total de ingresos.
2: Los países más desiguales de América Latina (como Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay y Perú), tuvieron cifras muy altas de muertes por covid por millón de habitantes.
3: En 2019 se consideraba hacinados a 30% de los hogares. La mitad de los hogares de personas que vivían en la pobreza tenían condiciones de hacinamiento.
4: Menos de un tercio de los hogares pobrees tienen acceso a una computadora en casa.
5: En 2019 solo 47,2 % de las personas empleadas estaban afiliadas o contribuían a sistemas de pensiones. Una de cada cuatro personas de más de 65 años no percibía una pensión.
6: En la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, las medidas de protección de emergencia social adoptadas cubrían a menos de dos tercios de la población.
7: Un total de 64 programas de transferencias monetarias se implementaron en 24 de los 33 países. Sin embargo, más de la mitad de las intervenciones beneficiaron directamente a menos de 10% de la población, y consistieron en transferencias de ingreso inferiores al salario mínimo mensual.
8: 30% de la población no tiene acceso a atención de la salud pública gratuita, debido a la falta de cobertura de seguro de salud. Ningún país de la región amplió el seguro de salud o habilitó un seguro de emergencia durante la pandemia.
9: Excepto Argentina, Cuba y Uruguay, ningún otro país de la región gasta 6% de su producto interno bruto (PIB) en salud pública, cifra considerada mínima para asegurar la atención universal establecida por la Organización Panamericana de la Salud.
10: Debido a la falta de acceso efectivo a salud gratuita y pública, millones de familias cubren sus gastos en salud con sus ahorros. Los gastos pagados del propio bolsillo representan 28 % del total de gasto en salud en la región.
11: Los países de América Latina y el Caribe recaudan menos impuestos en porcentaje del PIB que otras naciones con un nivel de desarrollo semejante. La región solo recauda 22 % del PIB en impuestos, frente a 33% de los industrializados países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
12: La recaudación depende en gran medida (46 %) de los impuestos indirectos, como son los que gravan el consumo y que afectan de forma desproporcionada a las mujeres y otros grupos que están sobrerrepresentados entre las personas pobres.
13: Los países de América Latina y el Caribe pierden anualmente 40 100 millones de dólares debido a fraude tributario de las empresas. Se calcula que con los ingresos perdidos en los últimos 10 años, la región podría haber garantizado el acceso a agua potable de 492 632 personas o haber impedido la muerte de 42 281 niños y niñas.
14: La evasión fiscal en América Latina y el Caribe ha dado lugar a la pérdida de cientos de miles de millones de dólares de ingresos públicos. En 2018, sus Estados perdieron aproximadamente 350 000 millones de dólares, el 6,1 % del PIB regional.
El impacto de la desigual recayó con mayor severidad en las mujeres, que perdieron empleos con más frecuencia que los hombres y cuya carga desproporcionada en el cuidado de la familia sigue traduciéndose en un disfrute desigual de los derechos, aún más si son indígenas o afrodescendientes.
The Global School for Social Leaders, educación global para una nueva generación de líderes de empresa y gobierno.
Con información de IPS.